Un update de mi vida, en un día lluvioso...

Está lloviendo mientras escribo esto, y tenía muchas ganas de sentarme a escribir en el blog... pero luego recordé todas las entradas que tengo pendientes y aquellas que tengo a medio escribir y me decepcioné un poco. Realmente no tengo mucha inspiración últimamente (de hecho creo que la perdí mucho tiempo atrás, y ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez que me sentí verdaderamente emocionada por algo), así que me puse a ver blogs de lifestyle y personales (esos son mis favoritos), y se me ocurrió hacer lo mismo que hacen ellos: un update de mi vida. Nadie me lo ha pedido, y probablemente a nadie le interese, pero justo acabo de leer un post que habla sobre cómo tener un blog es como tener un diario (cosa que me encanta y que hace un tiempo no llevo en la vida real) y que servía para sacar un poco lo que pasa por tu cabeza. Tengo ganas de hacer eso justo ahora, estoy cargada de cosas y siento que voy a explotar. Probablemente después me vaya a escribir un poco en mi diario, ya saben, las cosas más personales y eso. Pero también quería sacar un poco aquí, porque mi blog será personal... o no será.

Creo que la última vez que escribí sobre mis sentimientos y mi vida personal aquí fue el año pasado. Estaba pasando por un momento muy duro y no sabía con quién hablarlo. Por alguna razón, a pesar de que había personas allá afuera en el mundo real que podrían escucharme, todavía no he llegado al punto en el que me siento del todo cómoda hablando de mis sentimientos. Nadie allá afuera sabe que tengo ansiedad social, no tienen ni idea de la batalla constante con la depresión, de lo difícil que es salir de mi casa todos los días de mi vida desde hace algunos años, nadie de fuera de mi familia (y mucha gente dentro de mi familia tampoco). Y es entendible que no lo sepan, porque nunca hablo de ello, porque quizás se lo mencioné a alguien alguna vez y no pasó a más. Sin embargo, cada vez me encuentro más cómoda diciéndolo (aunque tengo la sensación de que todos piensan que exagero o lo invento), pero ya puedo decir: "Lo siento, no contesté al teléfono porque me dan mucha ansiedad las llamadas" o "Perdón, me desconecté porque me abruman los grupos de whatsapp", "Lamento no haber ido, es que no me sentía bien emocionalmente". Puede sonar tonto, pero el hecho de sentirme un poco mejor mencionándolo, es como si lo hiciera real, y no sé cómo explicarlo pero que sea real me reconforta. No es algo que está solo en mi cabeza. Existe, tiene efectos sobre mi salud física, sobre mis relaciones interpersonales, sobre mi imagen propia. Está allí, no me lo estoy inventando, no estoy loca.

Sin embargo, todavía no puedo hablar de mis sentimientos de forma directa. No puedo mirar a alguien a la cara y decirle exactamente cómo me hace sentir o cómo me siento en general, sin echarme a llorar. Sin sentir que estoy siendo dramática, exagerada... no quiero seguirle diciendo a mi subconsciente que mis sentimientos no son válidos, pero todavía no he encontrado la manera de evitarlo. 

Algo que trato de recordar y vivir más seguido.

En algún resumen del mes mencioné que había bloqueado a un amigo antiguo, porque sus comentarios siempre me hacían sentir mal. Un día se acercó a mí y me preguntó si lo había bloqueado, fui directa y le dije que sí. Me preguntó por qué, pero no quería tener que iniciar esa conversación así en persona, allí mismo porque me iba a poner a llorar como siempre (y me niego a que me vean llorar), así que me encogí de hombros y le dije que "quién sabe, seguro me hiciste algo pero no me acuerdo". Es fácil zafarme de ciertas situaciones porque he creado esta imagen de "nada me importa, emocionalmente hablando. Soy desapegada y me da igual si me hablas o no". En realidad fue la primera impresión que obtuvieron de mí en la universidad y en vez de corregirlos la alimenté, dejé que lo creyeran, eso me protegía. ¿Han escuchado una canción que se llama Too good at goodbyes? I'm just protecting my innocence, I'm just protecting my soul. El caso es que lo dejó ser, no iba a preguntar más porque soy indiferente y todo eso. Pero luego, lo desbloqueé en caso de que quisiera seguir preguntando (no quería que el asunto del bloqueo se volviera un tema de conversación constante). Daba igual, si me escribía lo iba a ignorar y ya. La cosa es que unos días después me escribió preguntando el por qué, si tan mal me caía y eso. Y esta vez fui aún más directa: "No, no me caes mal. Es sólo que siempre estás diciendo cosas que me hacen sentir mal". Me dijo que no sabía que me afectaba, que lo lamentaba y que simplemente era así cómo se comportaba con sus amigos. Me preguntó qué era exactamente lo que me hacía sentir mal, y fue allí cuando dejé de responder. Me siento tonta admitiéndolo, peor a esta persona que conozco perfectamente por ser bastante "bromista" y burlarse de todo. No iba a decirle que por culpa de sus comentarios había revivido inseguridades viejas y que era aún más consciente de mí misma (sí cabe, porque la ansiedad de por sí ya lo hace) por culpa de ellos. Sus comentarios sobre mi físico me recordaban lo mucho que odio verme al espejo. No quise decirlo, y dejé que eso quedase así. No presionó y se lo agradezco. Ahora ya no hace bromas sobre mí, sólo me saluda de largo y de vez en cuando me escribe para preguntarme cómo estoy. No quiero que suene feo, pero no extraño esa amistad y me siento bien en el punto que quedamos.

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En entradas anteriores comenté que estaba haciendo un voluntariado, bueno, por alguna razón me convencí a mi misma de que no encajo allí, de que no les agrado a mis compañeras y que soy un extra, un estorbo. Y racionalmente sé que no es cierto, pero en el momento no encuentro la forma de no sentirme de esa forma. Aún estoy yendo, no voy a dejar que eso me detenga (ya lo he hecho otras veces y no quiero que esta sea igual), pero por ejemplo, organizaron un paseo para que tuviésemos una convivencia y un momento de desestrés y evité ir. Me daba mucha ansiedad, y me la pasé llorando todo el día anterior con sólo la idea, no dormí y me dolía el pecho por la noche, además sentía que iba a quedarme fuera, que todas irían a lo suyo y que yo iba a estar allí fuera del grupo como siempre. Que nadie iba a darse cuenta si no estaba, así que estaba bien que no fuera. Fue un momento de debilidad, y no, no me arrepiento de no haber ido, en el momento tuve que elegir mi tranquilidad, pero me arrepiento de haberme convencido de que nadie me quiere. 

Probablemente no se dan cuenta de que no estoy, pero eso es porque no sé integrarme no es culpa suya, es mía. Me siento super awkward todo el tiempo, siempre he sido tímida y las interacciones son un horror. Me la paso sobrepensando lo que digo, lo que dije y pudo haberles parecido, me la paso dándole vueltas a la opinión que pueden tener de mí, y por alguna razón cuando estoy alrededor de las personas siento que mi personalidad sale volando por la ventana. Siento que soy la persona más aburrida del planeta, soy un personaje plano en un libro, el secundario que no tiene historia propia y sólo está allí para rellenar. Mi vida es una historia pésima que yo puntuaría con dos estrellas a lo mucho, y de la que me quejaría por horas. Pero es mi culpa, está en mi cabeza. Y es normal no caerle bien a las personas siendo de esta forma, soy introvertida y tímida, características que a veces desde fuera pueden confundirse con orgullo y arrogancia. Yo entiendo por qué no soy buena con la gente, por qué me cuesta tanto hacer amigos (incluso online), lo que no entiendo es cómo cambiarlo, cómo reprogramar mi cerebro. Pero lo intento, ahora más que nunca, lo intento.

Uno de mis libros favoritos♥

Así como he aprendido que no todo el mundo me odia, y que es algo en lo que tengo que trabajar. También he aprendido que hay personas que no son mis amigas, por mucho que digan que lo son. Me he distanciado de muchas personas, y me siento mejor. Descubrí que hay personas que hablan mal de sus nuevos amigos cuando están contigo, pero cuando están con ellos ni siquiera te alzan a ver o que te saludan de largo para sentirse bien consigo mismos. Que creces, cambias y ya no tienen nada en común. Que hay personas con las que compartías muchas cosas y no eran cómo lo esperabas, esto es algo que aprendí en secundaria (y que me dolió muchísimo) y ahora, cuando lo redescubrí, me di cuenta que era más fuerte, y que irse era más fácil. Es verdad, mi círculo de amigos se ha reducido aún más (creo que puedo decir que tengo unos cinco en total) pero nada se compara a la tranquilidad que siento. Hace un par de meses atrás, regresaba a mi casa con la energía totalmente drenada, y antes de salir lloraba por al menos dos horas. Eso ha mejorado mucho. Cortar personas de mi vida, sin explicación, tampoco está bien. Pero todavía no he llegado al punto en el que volvamos a hablar para tratar el tema, eso sí, llegaré.

Todavía me siento muy sola, y bastante perdida. Estoy a un par de semanas de cumplir 21 y a un semestre de egresar de la universidad, después de eso aún tengo que trabajar en la tesis pero estoy muy cerca del final. No sé qué trae el futuro para mí y me asusta un montón pensar en lo que vendrá después. Pero muy en el fondo, saber que estoy muy cerca de un nuevo comienzo, y que voy a poder dejar atrás tantas cosas, me hace sentir un poquito más ligera, casi casi me emociona. No del todo, pero es algo. 

Las sesiones como voluntaria van de maravilla, y me da gusto tener algo positivo que decir en esta entrada. Es una experiencia muy bonita, de la que les hablaré a profundidad cuando la acabe, pero son un momento en el que me olvido de mí misma. Y comparto experiencias con otras personas y siento toda clase de cosas positivas, pero la que resalta entre todas es la gratitud. Me encanta saberlo.

Se me quedan un montón de cosas, de eso estoy casi segura. Pero, tampoco es plan contarles mi vida xD solo un par de puntos que representan donde estoy mental y emocionalmente justo ahora. Es curioso, pero decidí escribir esto por una razón súper específica que me tenía llorando un par de horas atrás cuando empecé a escribir esto (sí, tarda escribir cosas como estas porque hay mucha carga emocional en todo lo que he escrito), pero ni siquiera lo mencioné allá arriba y tampoco tengo ganas de hacerlo. Me siento mejor después de escribir esto, eso es lo que importa. Estoy descansando, disfrutando (a medias, porque mi mente nunca para) de mis vacaciones de la universidad y estoy en un punto donde sé reconocer mis debilidades, y aunque todavía no sé cómo corregirlas, me parece que ya estoy dando los pasos en la dirección correcta.

Si todavía están leyendo esto justo aquí, gracias. Sé que esto es demasiado raro, y que a nadie le interesa mi vida pero ya lo he dicho muchas veces antes. Esta es mi bitácora personal, y a todos nos viene bien compartir de vez en cuando nuestros sentimientos, eso es algo que estoy aprendiendo.

Me voy a editar algún banner y buscar algunas imágenes para hacer esta entrada menos plana, larga y aburrida. Gracias por leer, pronto habrá entradas nuevas.

Nos leemos :)